martes, 14 de marzo de 2023

With Those We Love Alive: cicatrices en el corazón

Era el 11 de noviembre de 2016, acababa de ver un vídeo en el canal de Youtube de "bukku qui" hablando sobre este juego, diciendo tanto sin decir nada, solo dejando claro el que era una experiencia que marca y que no merece ser estropeada. Había tanta pasión en su manera de decirlo, que tuve que probarlo.

Era cierto. Esa experiencia me marcó. No bien. No mal. Simplemente me marcó de la misma forma que el río a la roca: según unos destruyéndola, según otros dándole forma. Ese juego de texto, en el que la interacción parecía limitarse a poco más que pinchar sobre opciones aparentemente arbitrarias, me hizo sentir cosas que ningún videojuego había hecho. No solo videojuegos: cine, series, libros, teatro... Jamás había visto nada que siquiera se le acercara y hoy 7 años más tarde sigo pensando lo mismo.

With Those We Love Alive es una de esas cosas que te hacen querer hablar de ella, compartirlo, sacarlo de tí. Y lo intenté, en este mismo blog, pero no fui capaz. La herida era reciente y dolía abrirla. Ese primer artículo, creo recordar, que iba a ser de opinión: soltando alabanzas sobre la obra, recomendando a todo el mundo probarlo, previniendo de lo que puede llegar a provocar.

Pero como he dicho, no fui capaz. Intentaba dar palabras a mis pensamientos, pero no podía... por que no se trataba de pensamientos, se trataba de emociones. Arrastré ese artículo, tirándole más horas de las que estoy dispuesto a reconocer, hasta final del año. Quería escribirlo y quería escribirlo entonces. Cuando digo que lo arrastré hasta el final del año hablo de hasta las últimas horas, aun recuerdo estar ese 31 de diciembre a las 8 de la noche frente a un viejo ordenador de sobremesa tratando de contar lo que mi corazón quería decir.

Pero como he dicho, no fui capaz. Ese mismo día de Año Nuevo, iluso de mí escribí una serie de propósitos (de los cuales muy pocos logré) y entre ellos estaba el artículo. Por que realmente quería hablar de ese juego. Escribí, dude, borré todo y volví a empezar una docena de veces. Esos textos se han perdido, y me entristece por que incluso inconclusos tenían su valor. Opinión, relato, análisis... tantas visiones que no llegaron a nada. Y lo intenté, pero como he dicho... no fui capaz.


Con este artículo que publico hoy, pretendo cerrar esa herida abierta. Por que cuando vuelvo a este viejo blog que lleva conmigo ya casi una década y reviso las entradas (tanto publicadas como borradores ocultos) es esta la que siempre acaba acaparando mi atención. Este artículo que al principio solo tomó el nombre del juego y más tarde pasó a llamarse "With Those We Love Alive: no solo hay marcas en la piel", hoy se cierra. Se cierra reconociendo que sus heridas me dejaron cicatrices que llegan hasta el corazón. Hoy, más viejo, más roto. Con menos LOVE y menos ALIVES. Hoy, de madrugada y con los ojos escocidos de retener lágrimas que llevo mucho guardando. Hoy por fin lo cierro.

Tal vez no sea el artículo que quise, pero es el que necesitaba. No enfoca el tema desde la perspectiva que yo buscaba, de hecho casi no habla del juego. Pero creo que eso está bien, por que si hay algo más valioso que el valor intrínseco de una obra esto solo puede ser su efecto en el espectador. Y creo que en este texto queda evidenciado el efecto de esta obra en mí.


Tal vez algún día me atreva a volver a abrir este melón y tratar de hablar de ello, ahora sin grilletes autoimpuestos. Tal vez pronto, tal vez en otros siete años, tal vez nunca. No lo sé, ahora mismo ni siquiera me atrevo a volver a jugar de nuevo. Ahora mismo, solo quiero descansar.

<3

lunes, 13 de marzo de 2023

En el país de la sonrisa

Érase un crimen

Érase un lugar llamado "El País de la Sonrisa".
Para sorpresa de nadie, en el País de la Sonrisa todos sonríen. Desde la más grande de las ciudades hasta el más pequeñito de los pueblos, no hay lugar sin una carita sonriente. Desde el gran rey en su corte, con sus rollizos labios enmarcados entre sendos y ternescos mofletes; hasta el último y más olvidado mendigo, de dientes podridos y decrépitas mejillas, todos sonríen.

Y es que la sonrisa es el bien más preciado del País de la Sonrisa. Somos testigos de ello al oír expresiones únicas del lugar como "no permitas que nadie te quite la sonrisa" o "morir con una sonrisa en los labios".

[...]

Hace un tiempo los medios nacionales recogían la noticia de un crimen en la capital, donde a través de la cámara de seguridad de un banco se podía ver como un atracador de ufana sonrisa apuntaba con su arma a 7 rehenes que tirados en el suelo y con las manos en la cabeza seguían sonriendo. 

El encargado sonriente le dijo algo atracador algo, algo que no debió ser lo que este quería oír. El criminal apretó el gatillo con una sonrisa, volándole los sesos al encargado. No es hasta que el cuerpo del pobre diablo golpea contra el suelo, que todos en el país fueron testigos de que lo único que había quedado de su cabeza era su sonrisa.

El atracador sonríe mientras agarra la bolsa con el dinero y se marcha, los testigos poco a poco se recomponen y con una sonrisa abandonan el lugar, el cadáver cada vez más frío y pálido permanece en el piso aun sonriente, decenas si no cientos de miles de espectadores que veían las imágenes en su casa a través de sus televisores siguen con sus vidas. Sonriendo. Todos sonriendo.


Hoy se lleva al culpable a juicio. La prensa con sus cámaras recoge el evento. El asesino camina hasta el tribunal, obviamente con una sonrisa. Los cámaras y reporteros le sonríen de vuelta. Entonces llega la mujer de la víctima y se hace el silencio... No sonríe. Los ojos rojos por el llanto, con bolsas por las noches sin dormir. Nadie dice nada. Nadie sabe como procesar lo que ocurre.

La familia de la mujer, detrás de ella, sonrientes a pesar de lo sucedido le dicen cosas como "sonríe para la cámara, tus hijos te ven desde casa" o "él no querría verte así, él querría que sonrieras en estos momentos". Con esfuerzo, los músculos en el rostro de la viuda se tensan, forzando la sonrisa. Sus labios tiemblan del esfuerzo, un tic aparece en sus ojos inyectados en sangre. Y solo con ese sencillo acto, el mundo entero vuelve a respirar.