domingo, 30 de noviembre de 2014

Decadencia

Decadencia. (de decadente).
1. f. Declinación, menoscabo, principio de debilidad o de ruina.
2. f. En historia o en arte, período en el que esto sucede.

La decadencia es la última fase de algo, lo que llega justo antes del fin. Decadencia son los últimos chisporroteos de una hoguera que se apaga. Decadencia son las últimas exhalaciones de un anciano que abandona la vida. Decadencia son las luces de los fuegos artificiales esfumándose. Decadencia es la última hoja de una libreta donde ya no podrás dibujar. Decadencia es ese pájaro que murió en mis manos. Decadencia es este mensaje. Decadencia soy yo.

Ese profundo sentimiento de hastío, cansancio y total nulidad que se retuerce en tus entrañas buscando acabar contigo desde dentro. Algo que parece sacado de una mala leyenda bíblica sobre demonios que poseen hombres para acabar con ellos y hundirlos.

Y yo me pregunto: ¿por qué no hacer lo que quiera? Si este es el fin nada de lo que haga podrá tener repercusiones, no habrá castigos y las consecuencias nunca llegarán... Que ganas de dejarlo todo y hacer aquello que me gusta sin preocupaciones. ¿Por qué no lo hago? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Por el maldito efecto rebote. En serio, lo odio. Piensa en ese vídeojuego antiguo de una pelota y 2 raquetas una en cada extremo del campo que se la van pasando la una a la otra sin final... ¿cómo se llamaba? ¡Ah, el Pong! Visualiza en el centro una línea que separe cuando estoy alegre de cuando no, una línea de neutralidad. A un lado soy más y más feliz conforme me alejo, en el otro más y más desdichado y voy de uno a otro metido en un ciclo sin final. ¿Por qué cambio sin parar de dirección? Por las palas. Las palas son cambios de pensamiento, cuando estoy terriblemente deprimido pierdo las ganas de vivir y empiezo a vivir como si no hubiera un mañana y eso me hace cada vez más y más feliz, cuando llego al colmo del sumo gozo me empieza a gustar la vida y decido que tengo que esforzarme por permitir que dure lo que me lleva a estreses sobre el futuro y monólogos interiores sin fundamento sobre el carpe diem y demás gilipolleces que me devuelven al pozo del que empecé.

¿Se puede vivir en eterna decadencia? No, pero se puede volver a ella eternamente.

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