Y sigue pasando el tiempo. Todo sigue igual pero nada es lo mismo, esa cruel contradicción no es más que la expresión de lo que es en si misma la esencia de la vida. Al igual que la Luna pensamos que nos desplazamos respecto al mundo solo por movernos más rápido que él cuando en realidad no es más que un engaño suscitado por la relatividad que se esconde tras los velos de la percepción. En días como hoy dudo del libre albedrío y creo firmemente en la existencia de patrones ya establecidos, caminos que estamos forzados a terminar recorriendo.
Odio intentar poner las ideas en orden, pero el no poder evitar hacerlo no hace más que demostrar lo dicho.
Odio intentar poner las ideas en orden, pero el no poder evitar hacerlo no hace más que demostrar lo dicho.
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