Los 2 equipos se sitúan cada uno a un lado del campo. En cada extremo, está la zona de respawneo de cada equipo y un par de metros delante de ella un “círculo mágico”. En el centro del campo se coloca un huevo de dragón. A la señal, los jugadores pueden entrar al campo.
Cualquier jugador puede agarrar el huevo de dragón, aunque si es derrotado debe soltarlo inmediatamente. El huevo es muy resistente, por lo que puede ser lanzado y golpeado sin problemas. El objetivo de cada equipo es completar un ritual, para lo cual deben mantener el huevo dentro de su círculo 5 minutos. Cada vez que el huevo entra en un círculo, un árbitro o jugador designado lleva la cuenta y va restando tiempo al ritual. El primer equipo en agotar su tiempo gana.
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