Era el 11 de noviembre de 2016, acababa de ver un vídeo en el canal de Youtube de "bukku qui" hablando sobre este juego, diciendo tanto sin decir nada, solo dejando claro el que era una experiencia que marca y que no merece ser estropeada. Había tanta pasión en su manera de decirlo, que tuve que probarlo.
Era cierto. Esa experiencia me marcó. No bien. No mal. Simplemente me marcó de la misma forma que el río a la roca: según unos destruyéndola, según otros dándole forma. Ese juego de texto, en el que la interacción parecía limitarse a poco más que pinchar sobre opciones aparentemente arbitrarias, me hizo sentir cosas que ningún videojuego había hecho. No solo videojuegos: cine, series, libros, teatro... Jamás había visto nada que siquiera se le acercara y hoy 7 años más tarde sigo pensando lo mismo.
With Those We Love Alive es una de esas cosas que te hacen querer hablar de ella, compartirlo, sacarlo de tí. Y lo intenté, en este mismo blog, pero no fui capaz. La herida era reciente y dolía abrirla. Ese primer artículo, creo recordar, que iba a ser de opinión: soltando alabanzas sobre la obra, recomendando a todo el mundo probarlo, previniendo de lo que puede llegar a provocar.
Pero como he dicho, no fui capaz. Intentaba dar palabras a mis pensamientos, pero no podía... por que no se trataba de pensamientos, se trataba de emociones. Arrastré ese artículo, tirándole más horas de las que estoy dispuesto a reconocer, hasta final del año. Quería escribirlo y quería escribirlo entonces. Cuando digo que lo arrastré hasta el final del año hablo de hasta las últimas horas, aun recuerdo estar ese 31 de diciembre a las 8 de la noche frente a un viejo ordenador de sobremesa tratando de contar lo que mi corazón quería decir.
Pero como he dicho, no fui capaz. Ese mismo día de Año Nuevo, iluso de mí escribí una serie de propósitos (de los cuales muy pocos logré) y entre ellos estaba el artículo. Por que realmente quería hablar de ese juego. Escribí, dude, borré todo y volví a empezar una docena de veces. Esos textos se han perdido, y me entristece por que incluso inconclusos tenían su valor. Opinión, relato, análisis... tantas visiones que no llegaron a nada. Y lo intenté, pero como he dicho... no fui capaz.
Con este artículo que publico hoy, pretendo cerrar esa herida abierta. Por que cuando vuelvo a este viejo blog que lleva conmigo ya casi una década y reviso las entradas (tanto publicadas como borradores ocultos) es esta la que siempre acaba acaparando mi atención. Este artículo que al principio solo tomó el nombre del juego y más tarde pasó a llamarse "With Those We Love Alive: no solo hay marcas en la piel", hoy se cierra. Se cierra reconociendo que sus heridas me dejaron cicatrices que llegan hasta el corazón. Hoy, más viejo, más roto. Con menos LOVE y menos ALIVES. Hoy, de madrugada y con los ojos escocidos de retener lágrimas que llevo mucho guardando. Hoy por fin lo cierro.
Tal vez no sea el artículo que quise, pero es el que necesitaba. No enfoca el tema desde la perspectiva que yo buscaba, de hecho casi no habla del juego. Pero creo que eso está bien, por que si hay algo más valioso que el valor intrínseco de una obra esto solo puede ser su efecto en el espectador. Y creo que en este texto queda evidenciado el efecto de esta obra en mí.
Tal vez algún día me atreva a volver a abrir este melón y tratar de hablar de ello, ahora sin grilletes autoimpuestos. Tal vez pronto, tal vez en otros siete años, tal vez nunca. No lo sé, ahora mismo ni siquiera me atrevo a volver a jugar de nuevo. Ahora mismo, solo quiero descansar.
<3